Por Qué Fracasamos Como Cristianos

Por qué Fracasamos Como Cristianos

Fracasamos como cristianos por no alimentarnos espiritualmente, y el alma necesita también de alimento. Veremos por qué a continuación.

Hay muchos cristianos que aman a Dios de corazón y oran fervientemente pero fracasan como cristianos porque tienen ideas confusas acerca del verdadero significado de la fe por la cual han sido salvos. Viven por debajo de los privilegios que el seguir a Cristo les ofrece, perdiéndose de las innumerables y maravillosas bendiciones que deberían recibir de Dios por ser sus hijos.

Por Qué Fracasamos Como Cristianos

Muchos fracasan como cristianos porque confunden la fe con el sentimiento, lo que les trae enormes desventajas de las que satanás suele aprovecharse, para perturbarlos y dañarlos. ¿Pero por qué les pasa eso? ¿Cómo puede satanás tomar ventaja de esa confusión que ellos tienen?

Es simple. Todos sabemos que los sentimientos del hombre son traicioneros, y pueden fluctuar constantemente de acuerdo a las circunstancias, de tal manera que si estas son malas, el sentimiento que aflora suele ser de angustia, preocupación, ansiedad o miedo. Es imposible creer en el poder de Dios o en que El puede librarnos de cualquier mala circunstancia, si nuestro estado de ánimo se encuentra bajo tales sentimientos negativos.

Si ante las circunstancias adversas nos dejamos llevar por estos malos sentimientos, significa que nuestra fe es muy débil o totalmente nula. La fe significa confiar en el poder de Dios con paz, tranquilidad y sosiego en medio de cualquier tormenta, y no puede haber ningún mal sentimiento que pueda entorpecer esa seguridad y confianza en Dios.

Las personas que una vez creyeron que por fe son salvas y suelen amilanarse ante cualquier adversidad es porque no entienden el verdadero significado de la fe que los salvó, y puede que hasta aun duden si son salvos o no. Porque cuando un hijo está seguro de quien es su padre, tiene que sentirse tranquilo y confiado.

¿Pero cómo se establece esa confianza y esa seguridad? Mediante una estrecha relación con el padre, que en el caso de nuestro Padre Celestial, esos nexos de amor entre ambos se establecen mediante la constante y ferviente oración, y el estudio diario de la Palabra de Dios, porque es a través de estos dos medios que podemos conocerlo a El.

La fe se fortalece mediante el estudio concienzudo de las Sagradas Escrituras. La Biblia misma lo dice: «La fe viene por el oir la Palabra de Dios», Romanos 10:17. No se puede confiar en alguien que no se conoce, y a Dios solo podemos conocerlo mediante la oración y las Sagradas Escrituras.

Es por eso que muchos cristianos fracasan porque no estudian la Palabra de Dios pues confían mas en ellos y en el mundo que los rodea que en Cristo, quien dio su vida no solo para salvarnos sino para darnos vida en abundancia aquí en la tierra.

Fracasamos como Cristianos por no Alimentarnos Espiritualmente

Además del alimento para el cuerpo, los seres humanos necesitamos ese alimento espiritual que nos hace diferentes de los animales, porque la vida es mas que las cosas físicas y materiales. Dios nos hizo a imagen y semejanza suya (Génesis 1:26), y nuestra semejanza con Dios es esa espiritualidad con que fuimos creados y que gracias al pecado perdimos, pero que gracias también a Cristo hemos recuperado.

Sin embargo, esa espiritualidad tenemos que alimentarla a diario para que fluya de manera saludable en nuestro interior y aflore de manera positiva en nuestro diario vivir. Porque así como nuestro cuerpo necesita del alimento para fortalecerse y estar saludable, del mismo modo nuestro ser espiritual necesita del alimento dado por Dios en su Santa Palabra, para fortalecer nuestra fe y hacernos saludables y resistentes ante la adversidad, y las mentiras y asechanzas de satanás.

No podemos enfrentar un mundo tan perverso sin nuestra fuerza interior que solo puede venir de Dios y que nos es transmitida a través de la Biblia. Dice el profeta en Jeremías 15:16 lo siguiente: «Fueron halladas tus palabras, y yo las comí; y tu palabra me fue por gozo y por alegría de mi corazón; porque tu nombre se invocó sobre mí, oh Jehová Dios de los ejércitos».

La Palabra de Dios nos fortalece, pero también llena nuestra mente y nuestro espíritu de paz, gozo y optimismo, sin importar las cosas difíciles que tengamos que enfrentar porque sabemos quién está a cargo de todo; porque sabemos que Dios es quien nos apoya, quien nos respalda y quien jamás nos dejará solos en medio de la adversidad.

Recordemos siempre las palabras de Jesús cuando dijo: «En el mundo tendréis aflicción, pero confiad, porque yo he vencido al mundo», Juan 16:33. La Biblia está llena de maravillosas promesas para mantenernos firmes en el amor y la confianza en Dios, y por eso es que tenemos que alimentarnos de ella a diario. Si no nos nutrimos espiritualmente nos debilitamos y morimos, porque no tener fe en en Dios y esperanza en sus promesas es como estar literalmente muertos e inexorablemente perdidos.

En Efesios 4:23-24 nos dice el apóstol Pablo lo siguiente: «Renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad». El hombre espiritual es un hombre nuevo porque ha nacido en el espíritu, y es feliz, seguro y confiado, ya que tiene la simiente de Dios en su interior.

Vive en paz porque tiene la certeza de haber encontrado el verdadero significado en su vida y Dios es su norte y su motivo para existir. Es esa la única manera de no fracasar como cristianos.

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