La Misión del Pueblo de Dios

La Misión del Pueblo de Dios (Image by congerdesign from Pixabay)

La Misión del Pueblo de Dios es llevar el mensaje de Salvación a los perdidos y un deber de todo cristiano. Lo veremos a continuación.

¿Por qué Dios decidió crear un pueblo especial? ¿Por qué Dios creó a Israel? ¿Cuál fue el propósito para crearlo? Dios lo creó para que cumpliera una gran misión. Si nosotros analizamos la posición geográfica de Israel nos damos cuenta que es un punto estratégico. El territorio de Israel está ubicado en medio de todo porque tiene acceso fácil a los tres continentes, lo que conformaba el mundo de aquel tiempo.

El propósito de Dios era entonces que este pueblo especial, lo diera a conocer al resto del mundo. Que fueran sus embajadores para dar a conocer las maravillas del único Dios real y verdadero. Pero todos sabemos lo que pasó. Ellos se envanecieron por todos los privilegios dados por Dios y en vez de cumplir con su misión, lo que hicieron fue dejarse influenciar por sus vecinos paganos, lo que por cierto fue su perdición (Ver Salmo 78).

En Isaías 43:21-22 dice el Señor: «Este pueblo he creado para mí; mis alabanzas publicará. Y no me invocaste a mí, oh Jacob, sino que de mí te cansaste, oh Israel».

La Misión del Pueblo de Dios

Hoy nosotros somos el Israel Espiritual y como Pueblo Escogido tenemos la misma misión, que es la de llevar a otros el mensaje de Salvación. Veamos lo que dice en 1 Pedro 2:9: «Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable».

Esa es la más grande e importante misión que todos tenemos como pueblo de Dios, la de dar a conocer el evangelio que es la única esperanza para este mundo que se encuentra perdido en medio de tanto conflicto y desolación. ¿Cuántas personas mueren a diario sin Dios?

Muchas de ellas tal vez porque nadie les habló de que hay un mundo mejor más allá de la muerte. Un mundo donde ya no habrá tristeza ni dolor, angustia ni preocupación. Donde ya no habrá maldad, ni violencia ni llanto, solo armonia, gozo, paz y serenidad porque estaremos por siempre con Dios.

Sin embargo y de manera lamentable, son tan pocos los que entienden esta misión, pues dicen ser salvos pero poco se preocupan por los perdidos que hay a su alrededor, sin entender la gravedad de su proceder.

Estamos tan cerca del fin y tendremos que rendirle cuentas a Dios tambien por no cumplir con la mision que Cristo nos encomendó antes de partir al Cielo que decia, id por todo el mundo y compartid el evangelio a toda criatura, Marcos 16:15.

Además dice también en Ezequiel 33:7-9 lo siguiente: «A ti, pues, hijo de hombre, te he puesto por atalaya a la casa de Israel, y oirás la palabra de mi boca, y los amonestarás de mi parte.  Cuando yo dijere al impío: Impío, de cierto morirás; si tú no hablares para que se guarde el impío de su camino, el impío morirá por su pecado, pero su sangre yo la demandaré de tu mano.  Y si tú avisares al impío de su camino para que se aparte de él, y él no se apartare de su camino, él morirá por su pecado, pero tú libraste tu vida».

Así que no solamente tenemos que compartir el evangelio para que otros se salven sino también para salvarnos nosotros, porque sea porque se salven ellos o no, si nosotros no nos encargamos de hablarles, Dios nos cobrará cada oportunidad desperdiciada que tuvimos de hacerlo.

Como vemos, tenemos una gran misión para con Dios, y una enorme responsabilidad de llevar el mensaje de Salvación, porque quienes no se preocupan por los perdidos, se encuentran literalmente también perdidos.

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