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Cuál es el Objetivo de la Ley Moral de Dios

Cuál es el Objetivo de la Ley Moral de Dios

Cuál es el Objetivo de la Ley Moral de Dios

El objetivo de la Ley Moral de Dios es mostrarnos nuestro pecado para llevarnos a Cristo, nuestro Salvador. Veremos lo que dice la Biblia.

La Ley Moral de Dios es de suma importancia para todos los seres humanos, porque es la que determina lo que está bien y lo que está mal; es la que rige nuestro destino dentro de un mundo que perece por el pecado, y es también la que determina la absoluta autoridad y soberanía de Dios sobre los habitantes de la tierra.

Toda comunidad se rige por leyes, pues si no existieran el mundo sería un caos peor del que conocemos hoy. Y todas las leyes establecidas por los hombres en gran medida son un reflejo de la Ley Moral de Dios.

Y si hoy estamos en caos se debe precisamente al incumplimiento de las leyes establecidas por Dios y por los hombres.

Adan y Eva y la Ley Moral de Dios

Inicialmente no existía la Ley Moral de Dios, puesto que Adán y Eva eran seres puros y sin contaminación, de tal manera que no la necesitaban.

Pero al ellos desobedecer a Dios, el Señor tuvo que establecerla. La Ley fue añadida desde el principio a causa de las transgresiones del hombre (Gálatas 3:19), y seguirá vigente hasta el fin de los tiempos porque Cristo lo dijo (Mateo 5:17-18).

Cuál es el Objetivo de la Ley Moral de Dios

¿Pero cuál es el objetivo de la Ley Moral de Dios? Aquí es muy necesario aclarar que aunque la Ley Moral de Dios es de suma importancia para el cristiano, no es ella la que salva sino Cristo. Cristo es el único que nos puede salvar, pero la Ley nos enseña cuál es nuestro pecado.

La Ley es como ese espejo que puede mostrarnos todas nuestras debilidades de carácter y pecados, de tal manera que el objetivo de la Ley Moral de Dios, es la de diagnosticarnos el pecado, para buscar a Cristo que es la solución a este.

«De manera que la ley ha sido nuestro ayo, para llevarnos a Cristo, a fin de que fuésemos justificados por la fe. Pero venida la fe, ya no estamos bajo ayo, pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús; porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos», Gálatas 3:24-27.

La palabra «ayo», significa tutor, alguien que dirige y vela por la vida de una persona joven o inexperta mientras alcanza la madurez necesaria para dejarla actuar por si misma.

Los tutores se encargaban de velar por el bienestar y cuidado de niños adinerados que quedaban huérfanos, a fin de cuidar sus bienes hasta que alcanzaban la mayoría de edad para hacerse cargo de ellos.

En el caso mencionado por el apóstol, significa que la Ley era para nosotros nuestro tutor antes de la venida del Señor, porque Cristo a través de su poder al someternos a El, es ahora quien nos guía y se encarga de nosotros.

Cuando decidimos poner nuestra voluntad bajo la suya, vivir en armonía con sus leyes y principios es muy fácil, porque Él nos da una nueva esencia que nos hace pensar distinto, sentir distinto y actuar también de manera diferente, de acuerdo a los designios de Dios.

Es por eso que con Cristo, obedecer la Ley Moral de Dios es simplemente parte de nosotros, porque Dios nos da un nuevo corazón puro y santo que actúa de acuerdo a su Voluntad.

Dios dijo algo muy interesante acerca del Nuevo Pacto:

Hebreos 8:10 «Por lo cual, este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice el Señor: Pondré mis leyes en la mente de ellos, y sobre su corazón las escribiré; y seré a ellos por Dios, y ellos me serán a mí por pueblo». (Ver también Jeremías 31-33 y Hebreos 10:16-17).

En este Nuevo Pacto sellado con la Sangre de Cristo y las arras del Espíritu Santo, Dios pone sus leyes en nuestro corazón y nuestra mente para que sean parte de nosotros mismos; para que sean parte de nuestra propia esencia, y no tener que mirarlas en unas tablas para conocerlas sino que ya son parte esencial de nosotros, y por ser parte de nosotros serán recordadas, asimiladas y fácilmente obedecidas gracias a ese nuevo corazón que viene ya con ellas.

La Ley Moral de Dios Como Fundamento del Pueblo de Dios

Todo pueblo y toda comunidad tiene sus propias leyes a las que sus habitantes tendrán que someterse, y las tendrán que cumplir a cabalidad, pues las leyes son las que establecen el orden en una sociedad.

Por consiguiente es absurdo pensar que el Pueblo de Dios esté exento de leyes, porque si no las tuviera, ni sería pueblo ni tampoco estaría reconocido por Dios como Suyo.

Los Diez Mandamientos reflejan la mente y la Voluntad de Dios, y el obedecerlos a través de Cristo, nos hace participantes de la naturaleza divina, reflejando de esa manera su mismo carácter. Las leyes de Dios vienen a ser parte del paquete del Nuevo Nacimiento. Genial no?

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Esta entrada fue publicada en junio 5, 2022 por en Dios habla hoy y etiquetada con , .
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