Por qué seguir a Jesus. com

Un sitio para reencontrarte con Dios

El arrepentimiento y el perdón de pecados

El arrepentimiento y el perdón de pecados

El arrepentimiento y el perdón de pecados

Sin arrepentimiento no hay perdón de pecados, porque Dios quiere arrepentimiento, confesión y total sometimiento a su Santa Voluntad.
En Isaías 1:16-20 dice: Lavaos y limpiaos; quitad la iniquidad de vuestras obras de delante de mis ojos; dejad de hacer lo malo; aprended a hacer el bien; buscad el juicio, restituid al agraviado, haced justicia al huérfano, amparad a la viuda.
Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana.  Si quisiereis y oyereis, comeréis el bien de la tierra; si no quisiereis y fuereis rebeldes, seréis consumidos a espada; porque la boca de Jehová lo ha dicho”.
El arrepentimiento y el perdón de pecados
Si bien es cierto que Jesús murió por nosotros para redimirnos y darnos la Vida Eterna, existe una condición para recibir por gracia la salvación y esta es indudablemente el arrepentimiento genuino de nuestros pecados, y la entrega total de nuestras vidas a Jesucristo, reconociendo y confesando que Él es nuestro único Señor y Salvador.
Obviamente que el arrepentimiento sincero trae el perdón de pecados, porque el llamamiento al arrepentimiento es el llamamiento a la salvación y Jesús lo predicó durante todo el tiempo de su vida pública, porque  todo ser humano (sin excepción) necesita arrepentirse de pecado, si quiere obtener la Vida Eterna.
En Marcos 1:15 “Jesús dijo: El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio”, y “los discípulos también predicaban que los hombres se arrepintieran”, Marcos 6:12.
Pedro por su parte nos exhorta al arrepentimiento cuando dice en Hechos 3:19: “Por tanto, arrepentíos y convertíos, para que vuestros pecados sean borrados, y tiempos de refrigerio vengan de la presencia del Señor”. Es verdad que Dios es bueno y misericordioso para perdonarnos pero solo si nos arrepentimos genuinamente de nuestros pecados.
Aunque estamos en los últimos tiempos como lo anunció Jesús y todas las señales que anuncia la Biblia, el Señor está esperando el arrepentimiento de todos, sin embargo, él no esperará para siempre; 1 Pedro 3:9 dice lo siguiente:
“El Señor no se tarda en cumplir su promesa, según algunos entienden la tardanza, sino que es paciente para con vosotros, no queriendo que nadie perezca, sino que todos vengan al arrepentimiento”, porque sin arrepentimiento no hay perdón de pecados.
No basta pues con experimentar dolor o remordimiento por lo que hayamos hecho sino que debemos comprometernos a no volver a pecar, a cambiar de vida, a dejar atrás los viejos y malos comportamientos, para renacer a una vida nueva, porque aunque nos sintamos conmovidos y avergonzados, si no existe un compromiso intencional por cambiar y evitar seguir pecando, entonces el arrepentimiento no será genuino, y al no haber arrepentimiento no habrá perdón de pecados y por supuesto tampoco salvación.
El arrepentimiento implica cambio de rumbo y serio compromiso o de lo contrario no es arrepentimiento. Así pues, cuando nos convertimos en cristianos, asumimos un compromiso con Dios y más que un compromiso es un pacto sagrado, en el que además de arrepentirnos, debemos comprometernos a cambiar de vida y de conducta para honrarlo y agradecerle su inconmensurable sacrificio.
Al arrepentirnos y entregarle nuestra vida a Jesús nos hacernos responsables de nuestros pecados y los llevamos ante el Señor clamando no solamente para ser perdonados, sino también para que transforme nuestro corazón, plantando la obediencia en nuestro espíritu y desechando todo indicio de iniquidad, injusticia y maldad que alberguemos en nuestro interior, como resultado de nuestra vida anterior, entendiendo por vida anterior, aquella  vida antes de reconocer a Cristo como nuestro Señor y Salvador, y antes del arrepentimiento.
Es por eso que debemos clamar a Dios expresándole nuestro deseo ferviente de ser transformados, y su ayuda para conseguirlo. “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio; Y renueva un espíritu recto dentro de mí”, Salmo 51:10.
Dios  quiere arrepentimiento y conversión, estando dispuestos a ser transformados a través del Espíritu Santo, quien nos ayudará en ese cambio. Pero cuando el tiempo se cumpla, para todos aquellos que no se arrepientan ni entreguen su vida al Señor, ya no habrá misericordia sino condenación, porque no habrá amor en el juicio de Dios, y el tiempo se acorta cada vez más.
Si este artículo te parece interesante, compártelo. Es esa la forma en que podemos llevar la Palabra de Dios a todo rincón. Gracias.

Cuando le crees a Dios (Ya a la venta)

Cuando le crees a Dios

Consta de 9 cortos capítulos que demuestran, cómo puede cambiar la vida de alguien cuando se atreve a creerle a Dios. Cómo con Dios podemos pasar de la total derrota, a la rotunda victoria. Ese fue mi caso. Espero que pueda ser de edificación y bendición para muchos, porque esa fue la intención al escribirlo. Bendiciones para todos.

Versión Kindle $4.99 para bajar directamente a tu celular, tu tableta o tu computador, desde cualquier parte del mundo. O versión en papel, $ 6.99 para México y Estados Unidos.

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Información

Esta entrada fue publicada en septiembre 19, 2014 por en Vida Eterna y etiquetada con , .
Por qué seguir a Jesus. com

Un sitio para reencontrarte con Dios

Lumbrera

Cristianismo y otros temas de interés

Piensa en Dios

Blog para jóvenes cristianos

Blog para jóvenes cristianos

Un lugar para reflexionar juntos....

SOLTAR LA PALABRA

Mensajes predicados por Juan Manuel Montané