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Cómo Evitar las Asechanzas de Satanás

Las Asechanzas de Satanás

Las Asechanzas de Satanás

Las asechanzas de satanás nos asedian a diario, sin embargo, existe una forma para que no nos afecten y la veremos según la Palabra de Dios.

Pero definamos la palabra asechanza. Según el diccionario asechanza significa: “Amenaza oculta o disimulada para perjudicar a alguien”. Y eso es precisamente lo que el diablo hace a diario, tratar de dañarnos muy disimuladamente.

Satanás está trabajando arduamente y con diligencia, para alcanzar el mayor número de almas, porque sabe que le queda poco tiempo. (Apocalipsis 12:12). Hay que reconocer que hasta el momento ha tenido mucho éxito con la gente en el mundo, pero es obvio que el no se conforma con eso porque su principal objetivo es demostrar que el sacrificio de Cristo ha sido infructuoso y su principal blanco ahora somos los hijos de Dios, por lo que debemos estar muy alertas.

En 1 Pedro 5:8 nos advierte el apóstol: «Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar». Aunque nos cueste creerlo satanás y sus perversos ángeles están al acecho de nosotros, buscando nuestras debilidades para hacernos caer. Todos tenemos debilidades y flaquezas y las debilidades de uno no son las mismas del otro, pero el nos estudia diligentemente para saber por donde atacar y obtener mayor éxito.

Él analiza nuestras debilidades y defectos de carácter para poder proyectar hacia ese blanco sus tentaciones; para lanzar sus asechanzas donde precisamente somos menos fuertes para rechazarlas. Es ahí donde debemos estar alertas y tener mucho cuidado para no dejarnos llevar por sus perversas maquinaciones.

Cómo Evitar las Asechanzas de Satanás

Aunque satanás está siempre presto a tentarnos, no necesariamente puede vencernos. Todo dependerá de qué tan fuerte es nuestra relación con Dios, y qué tan firmes y arraigados están sus principios en nosotros; principios que hemos aprendido a través de la Biblia. Una de las primeras cosas que debemos evitar para no caer en las garras del diablo, son las tentaciones.

Evitemos las tentaciones al máximo y permanezcamos en Cristo a través de la oración y el constante estudio de su Palabra. Si hacemos esto el Señor nos fortalecerá para obtener la victoria sobre el pecado. Por eso dice el apóstol en Santiago 4:7 lo siguiente: «Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros».

Cuando el diablo sabe que estamos sometidos a la Voluntad de Dios, firmes en su Palabra y con una fe a prueba de todo, sabe que está perdido y más bien se retira, porque sabe que ahí no tiene nada que hacer. Pero si el ve una persona que es débil en su fe y que además no estudia la Biblia ni tiene una estrecha relación con Dios, entonces ataca con mucha posibilidad de vencer.

Porque nadie puede vencer el pecado ni a satanás en sus propias fuerzas, y el lo sabe. Y por eso trata al máximo de distraer a la gante con ocupaciones y entretenimientos para que no tengan tiempo para Dios ni para estudiar su Palabra. Porque es Cristo el que nos da la victoria pero si permanecemos en Él, porque de lo contrario, sí seremos presa fácil para satanás.

Si alimentamos diariamente el espíritu con la Palabra de Dios, el diablo no podrá con nosotros, porque es «el Espíritu de Dios el que nos ayuda en nuestra debilidad», (Romanos 8:26); es el Espíritu Santo el que nos capacita para vencer, pero para contar con Él, tenemos que alimentarnos a diario con la oración y el estudio de las Sagradas Escrituras.

Por eso el Señor dijo en Juan 6:63 lo siguiente: «El espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida». Las palabras de Jesús son espíritu de vida, y sus palabras y enseñanzas las encontramos en la Biblia. Estudiemos pues a diario esas palabras que son vida, y que nos enseñarán como fue que Cristo pudo vencer y como pudo también evitar las asechanzas del diablo.

Porque Cristo también fue tentado por satanás muchas veces, pero este no logró hacer que Jesús pecara. Cristo pudo vencer cada tentación porque El nunca dejó de orar y mantuvo siempre una estrecha relación con el Padre. Por eso decía que el Padre y Él uno son (Juan 10:30).

Pero Cristo también dijo: «Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono», Apocalipsis 3:21. Cristo venció el pecado, porque permaneció con el Padre; y nosotros también podemos vencer si permanecemos en Cristo. Qué maravillosa promesa!!

Si este artículo te parece interesante, compártelo. Es esa la forma en que podemos llevar la Palabra de Dios a todo rincón. Gracias.

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Esta entrada fue publicada en abril 16, 2022 por en Vida Eterna y etiquetada con , , .
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