Cómo Debe Ser Nuestra Comunión Con Dios

Cómo Debe Ser Nuestra Comunión Con Dios (Foto de Waldryano en Pixabay)

La comunión que todo cristiano debe tener con Dios tiene que ser íntima para conocer su Voluntad. Veremos cómo lograrla a continuación.

Dice en el Salmo 25:14 lo siguiente: “La comunión íntima de Jehová es con los que le temen, y a ellos hará conocer su pacto”.

¿Qué significa específicamente temer en este contexto? Temer a Dios significa reconocer la soberanía y autoridad de Dios sobre nosotros, y es con quienes reconocen su autoridad y le rinden reverencia con quienes Dios quiere tener una intima comunión y es a quienes hará conocer su pacto.

Quiere decir también que quienes le reconocen como soberano, le respetan y se someten a su Voluntad, obedeciendo sus preceptos se convierten en especial tesoro para Dios. Abraham fue uno de ellos y por eso Dios lo escogió para ser el padre de su Pueblo.

Lo fueron también Noé, Moisés, David, Daniel, y muchos otros que menciona la Biblia, que se caracterizaron por honrar a Dios con su obediencia y que fueron muy amados por Dios.

¿Pero cómo es una comunión íntima? Es una relación muy cercana de convivencia y de estrecha cercanía para compartir experiencias, sentimientos y aprendizajes; pero la íntima relación con Dios debe además incluir la obediencia absoluta a su autoridad, y la búsqueda de su dirección para nuestra vida.

Cómo Establecer una Íntima Comunión con Dios

Entendiendo cómo debe ser nuestra relación con Dios, lo importante ahora es descubrir cómo establecer esa íntima comunión con Él.

El Pastor Norteamericano John Wimber decía: “La capacidad de escuchar lo que Dios dice, ver lo que Dios hace y moverse en la esfera de lo milagroso, se dan cuando una persona desarrolla la misma intimidad y la misma dependencia del Padre que tenía Jesús”.

¿Pero cómo era la relación de intimidad de Cristo con el Padre? Veremos algunas de sus características:

1. Era de total dependencia. Jesús siempre dijo que nada podía hacer por su propia cuenta, que no hacía lo que quería, sino lo que el Padre le ordenaba hacer, (Juan 5:30). Cristo hacía siempre la Voluntad del Padre. ¿Somos así nosotros? ¿Hasta qué punto tomamos en cuenta a Dios para tomar nuestras decisiones?

2. Constante oración desde las primeras horas del día. Jesús se levantaba y antes de cualquier actividad oraba. En Marcos 1:35 dice acerca de Jesús: “Levantándose muy de mañana, siendo aún muy oscuro, salió y se fue a un lugar desierto, y allí oraba”.

3. Buscar al Padre en los momentos difíciles. Cuando Jesús se encontraba en una situación de mucho estrés oraba más fervorosamente. Lo vemos en Lucas 22:44: “Y Jesús, estando en agonía, oraba más intensamente; y era su sudor como grandes gotas de sangre que caían hasta la tierra”.

4. Buscar siempre la dirección de Dios. Él buscaba la guía del Padre aun para lo que tenía que decir, y cuándo decirlo. Dijo Jesús en Juan 12:49-50, “Porque yo no he hablado por mi propia cuenta; el Padre que me envió, él me dio mandamiento de lo que he de decir, y de lo que he de hablar. Y sé que su mandamiento es vida eterna. Así pues, lo que yo hablo, lo hablo como el Padre me lo ha dicho”.

5. La obediencia. La obediencia viene a ser como el conjunto de todas las anteriores, porque al Cristo depender por completo del Padre, orar diariamente en todo momento, y buscar siempre la dirección de Dios, estaba reconociendo la autoridad del Padre en su vida y por lo tanto obedeciendo todo lo que este le mandaba que hiciera.

Dice en Hebreos 5:8-9, “Y aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia, y habiendo sido perfeccionado, vino a ser autor de eterna salvación para todos los que le obedecen”.

Podemos decir entonces que la dependencia total y la íntima comunión con el Padre le permitieron a Jesús llevar una vida de santidad, y son las mismas cosas que nos salvarán a nosotros en medio de un mundo tan hostil como el que tenemos que enfrentar a diario.

Si nosotros aprendemos al igual que Cristo, a mantener esa intimidad  con Dios, no será nada difícil obtener la victoria sobre el pecado, y mantenernos firmes en el camino a la eternidad; porque es a través de esta intima comunión, que somos alimentados espiritualmente, recargando nuestras fuerzas para no sucumbir ante los ataques del diablo y para llevar el mensaje de esperanza y Salvación a quienes lo necesitan, que por cierto, son tantos.

Si este artículo te parece interesante, compártelo. Es esa la forma en que podemos llevar la Palabra de Dios a todo rincón. Gracias.

Cuando le crees a Dios (A la venta)

Consta de 9 cortos capítulos que demuestran, cómo puede cambiar la vida de alguien cuando se atreve a creerle a Dios. Cómo con Dios podemos pasar de la total derrota, a la rotunda victoria. Ese fue mi caso. Espero que pueda ser de edificación y bendición para muchos, porque esa fue la intención al escribirlo. Bendiciones para todos.

Versión Kindle $4.99 para bajar directamente a tu celular, tu tableta o tu computador, desde cualquier parte del mundo. O versión en papel, $ 6.99 para México y Estados Unidos.