Estamos Reflejando a Cristo

Estamos Reflejando a Cristo

Como cristianos estamos siendo observados por el mundo. ¿Con nuestro proceder, estamos reflejando a Cristo? Veremos como impactar a otros.

Cuando decimos ser cristianos, el mundo nos observa cuidadosamente para saber si somos genuinos, y para determinar si estamos reflejando a Cristo. Porque al decir que somos cristianos, estamos también afirmando que somos discípulos del Señor y como buenos discípulos, la gente espera que nos parezcamos a nuestro Salvador.

Sin embargo, muy tristemente con nuestro testimonio, muchas veces en vez de atraer a los no creyentes, los alejamos más de Dios, pues si nos ven actuar con las mismas debilidades y malos comportamientos del mundo que nos rodea, entonces no querrán ser cristianos.

Estamos Reflejando a Cristo

Entendiendo el tiempo que estamos viviendo, y sabiendo que el fin de este mundo y el regreso del Señor se acercan cada vez más y más, yo, en mis oraciones, le decía al Señor que me ayudara y me mostrara todas aquellas cosas que están entorpeciendo mi crecimiento espiritual y que me están robando la eternidad.

Y fue muy interesante porque el Señor me llevó directamente a varias porciones bíblicas que quiero compartir hoy. La primera de ellas está en Mateo 5:21-22 que dice así:

«Oísteis que fue dicho a los antiguos: No matarás; y cualquiera que matare será culpable de juicio. Pero yo os digo que cualquiera que se enoje contra su hermano, será culpable de juicio; y cualquiera que diga: Necio, a su hermano, será culpable ante el concilio; y cualquiera que le diga: Fatuo, quedará expuesto al infierno de fuego».

¿Cuántas veces nos comportamos toscamente con nuestro hermano, y a veces sin motivo ni razón? La intolerancia, la agresividad, la falta de misericordia con quienes nos rodean, son cosas abominables para Dios, porque ni Jesús actuó de esa manera ante las debilidades del hombre. Y esos comportamientos nos ponen al nivel de asesinos para Dios y como tal seremos juzgados.

También me señaló Gálatas 5:19-21 que dice así: «Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; porque los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios»

Estas no necesitan mayor explicación pero quiero hacer enfasis en la idolatría y la hechicería porque a veces creemos que porque no tenemos imágenes de madera o de piedra no somos idólatras pero los dioses de este mundo son otros, como las redes sociales, YouTube, la televisión, los juegos de video, y todo lo que ocupe excesivamente nuestro tiempo libre. Pero además, la desobediencia y la rebeldía.

En 1 Samuel 15:23 dice: «Porque como pecado de adivinación es la rebelión, y como iniquidad e idolatría la obstinación», de tal manera que el solo hecho de ser desobedientes en cualquiera de los principios que Dios nos ordena guardar, nos hace idólatras ante sus ojos.

Y veamos ahora lo que dice Apocalipsis 21:8: «Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda».

Tenemos que tener también mucho cuidado con la mentira, tan común para todos. Alguien me decia: «Pero es que todos mentimos», y es cierto. Sin embargo eso nos robará la eternidad, de tal manera que hay que dejar de mentir, como sea. Porque dice el Señor en el Salmo 101:7 lo siguiente «El que practica el engaño no morará en mi casa; El que habla mentiras no permanecerá en mi presencia».

Y finalmente el Señor me llevó al libro de Maranata página 50, donde Ellen de White dice: «Que nadie se engañe. Si tenemos orgullo o exagerado amor propio; si buscamos la supremacía; si nos motiva la vanagloria, la ambición desmedida, la murmuración, permanente, el descontento, la mentira y el engaño, la calumnia y la difamación, es porque Cristo no mora en nuestro corazón”.

Y de aquí quiero retomar la murmuración, la calumnia y la difamación tan comunes en nuestro medio, sin parecer si quiera que puedan ser tan malas, pero son también de gran abominación para Dios, y lo ratifica en Leviticos 19:16 al expresar lo siguiente: «No andarás chismeando entre tu pueblo. No atentarás contra la vida de tu prójimo».

Todas las mencionadas podemos incluirlas en este versículo para entender la gravedad que tienen para Dios. Después de todo esto y de autoanalizarme salí reprobada. Sin embargo, lo más interesante es que Dios nos da segundas oportunidades todavía, porque llegará un tiempo no muy lejano que ya no tendremos tiempo de arrepentirnos ni de ser perdonados.

Es por eso que tenemos que entregarnos a Dios ahora, arrepentirnos de todas nuestras fallas y de clamar a Dios cada día por su Santo Espiritu para ser transformados. Porque recordemos que Cristo viene por una iglesia pura y sin mancha.

Y para concluir, quiero compartir los siguientes versículos que me dejaron verdaderamente impactada, y habla de manera especifica de cuan pocos se salvarán, precisamente por no tener en cuenta aquellas debilidades que todos tenemos y que les estamos prestando muy poca importancia. Y dice así:

«Y acontecerá en toda la tierra, dice Jehová, que las dos terceras partes serán cortadas en ella, y se perderán; mas la tercera quedará en ella. Y meteré en el fuego a la tercera parte, y los fundiré como se funde la plata, y los probaré como se prueba el oro. Él invocará mi nombre, y yo le oiré, y diré: Pueblo mío; y él dirá: Jehová es mi Dios», Zacarías 13:8-9.

¿A cuál de los dos grupos estamos dispuestos a pertenecer? Eso dependerá de qué tan dispuestos estemos a seguir a Cristo y a renunciar a las frivolidades de este mundo que muy pronto acabará.

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