Cómo Puede Satanás Cegar Nuestra Mente

Cómo Puede Satanás Cegar Nuestra Mente (Image by Goran Horvat from Pixabay)

El objetivo de satanás es cegar nuestra mente para alejarnos de Dios y veremos qué estrategias tiene para lograrlo, según la Palabra de Dios.

La lucha entre el bien y el mal, es una lucha de poderes sobrenaturales por la mente del hombre. Quien logre dominar la mente ya obtuvo todo. Dios creó al hombre a su propia imagen (Génesis 1:26); y aunque El hubiera podido dominar su mente, su corazón y todas sus facultades, decidió darle libre albedrío, porque Dios no quiso crear autómatas, sino seres que pudieran y supieran elegir entre el bien y el mal.

De eso se valió satanás para engañar y entorpecer los planes de Dios para el hombre; planes que siempre fueron perfectos, pero que por nuestra inconsciencia, distorsionamos y perdimos. Satanás se valió del poder de elección que Dios nos dio para que, sin darnos cuenta, a través de sus engaños y mentiras lo elijamos a él. Y eso es lo que hacemos a diario cuando le damos la espalda a Dios.

Cómo Puede Satanás Cegar Nuestra Mente

En 2 Corintios 4:4 dice lo siguiente: «El dios de este mundo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo». La principal obra de satanás es cegar la mente del hombre para que lo escoja a el. ¿Y cómo hace satanás para poder cegar la mente del hombre?

Muy simple, alejándolo de la Palabra de Dios, ocupando sus pensamientos con los asuntos de la rutina diaria, y llenando su tiempo libre con entretenimientos frívolos, vacíos y mundanos que no edifican y lo mantienen embotado para poder discernir lo que les conviene o no.

Y así sin darse cuenta, satanás lo tiene a sus pies, y sin percatarse se convierte en súbdito de ese mundo de oscuridad regido por el diablo. Una vez alejado el hombre de la Palabra de Dios, satanás puede moldearlo a su antojo, utilizando toda clase de sentimientos egoístas como el orgullo, la vanagloria, la arrogancia y el excesivo amor propio que pueden derivar en otros mucho peores.

Y una vez perdido por completo el interés en la Palabra de Dios, el hombre por muy cristiano que diga ser, es vulnerable a las debilidades, artimañas y engaños creados por satanás para mantenerlo esclavizado al pecado. Porque el evangelio es el único que lo puede sacar de ese abismo sin fondo al que lo puede llevar la ignorancia y la oscuridad. Es el único que lo puede sacar de las tinieblas a la luz de Cristo (1 Pedro 2:9).

Pero sigue ahí perdido sin creer que lo está; haciendo alarde de un cristianismo falso y muy lejos de Dios. Porque sin conocimiento no hay verdad y solo la verdad lo puede hacer libre como lo dijo Jesús; libre del pecado y del yugo de satanás. El dijo: «Si permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres», Juan 8:31-32.

Jesús mismo es la verdad y el único camino hacia la eternidad (Juan 14:6), y para poder conocerlo y estrechar nuestros lazos con Él, y mantener lejos a satanás, tenemos que estudiar la Biblia porque ella es la que da testimonio de nuestro amado Salvador (Juan 5:39). Solo a través de Cristo, la única Verdad que nos permitirá alcanzar la eternidad, es que podemos ganarle la guerra al diablo e impedir que secuestre nuestra mente, nuestros pensamientos, nuestras acciones y nuestro corazón.

Recordemos que el diablo es muy astuto, pero no tiene más poder del que nosotros mismos le otorgamos. Aferrémonos pues a Dios y mantengamonos unidos a Él, para que el diablo desista de atacarnos y nos deje en paz, porque es cierto que el puede cegar nuestras mentes, pero solo si se lo permitimos.

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