El significado de ser salvo

El significado de ser salvo

Ser salvo significa haber sido perdonados por Dios de nuestros pecados y haber creído y aceptado a Jesucristo como nuestro Salvador, someténdonos a su Voluntad.

Pero recordemos que para ser perdonados debemos arrepentirnos verdaderamente y de forma genuina. Una vez establecido en qué consiste la Vida Eterna, veremos cuál es pues el significado de ser salvo. A continuación hablaremos de algunas de las maravillosas bendiciones de ser salvos:

El significado de ser salvos

• La Vida Eterna: Fuimos creados  para vivir eternamente, pero el pecado nos trajo la muerte. Sin embargo, con la venida de Jesucristo, su muerte en la cruz y su resurrección al tercer día nos devolvió a todos los que hemos puesto nuestra fe en él (Juan 3:16), ese derecho a vivir por siempre, y en su compañía, al ser perdonados.

• Se recuperó la conexión con el Padre, que había sido rota entre Dios y el hombre por el pecado, y hoy podemos hablar directamente con Dios sin más intermediario que Jesucristo, quien es además nuestro único abogado intercediendo por nosotros.

• El derecho a ser hijos de Dios: Porque contrario a lo que todo el mundo cree, no todos somos hijos de Dios, sino solo aquellos que creemos en su nombre y en el verdadero significado de su sacrificio, sometiéndonos a su Santa Voluntad. «Más a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios», (Juan 1:12).

• Recibimos al Espíritu Santo, quien viene a morar en nosotros, hasta el regreso de Jesucristo y es el sello de la promesa. El Espíritu Santo se convierte en nuestro ayudador, para la  transformación que nos exige nuestra nueva condición de cristianos y el consolador en los momentos difíciles de nuestra vida. Es la presencia de Dios en nuestro entorno.

• Recibimos el Reino de Dios. El reino de Dios es un reino invisible cuyo rey es por supuesto Jesucristo, y consiste en que se haga la voluntad de Dios en nuestra vida. La voluntad de Dios es por supuesto que seamos prósperos y bendecidos, pero la voluntad de Dios es también que seamos obedientes a su Palabra (1 Tesalonicenses 4:3-8), que démos fruto o de lo contrario no funciona.

• Somos investidos con el poder del Espíritu Santo. «Si me amáis, guardad mis mandamientos. Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros siempre.» El Espíritu está contigo cuando guardas sus mandatos.

Los deberes de ser salvo

• Obediencia a la Palabra de Dios: Al pertenecer a la familia de Dios, debemos aprender y regirnos por las leyes del Reino de Dios, el cual tiene  como consecuencia unas normas que cumplir. Todo reino o gobierno tiene sus normas y cuando pertenecemos a él debemos regirnos por ellas. Para conocer las normas del Reino de Dios debemos leer las Escrituras.

• Santidad: Santidad no es perfección pues solo Dios es perfecto. Santidad significa, separado para Dios, consagración a Él. ¿Significa esto dejar por completo el mundo en el cual vivimos? Para nada, pero sí que debemos transformar nuestro pensamiento y nuestro proceder con base en unos nuevos lineamientos, con base en la Palabra de Dios y dejando el pecado atrás.

• Dar fruto: Dar fruto, es el resultado de las dos anteriores, es decir, de seguir a Jesús, y se traduce en un ser en continua transformación, demostrando un arrepentimiento genuino por nuestros pecados y dando verdaderos frutos. Dar fruto demuestra un proceso de cambio hacia la excelencia en todo sentido, dejando los comportamientos viciados atrás.  «Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado al fuego», dice en Mateo 7:19.. Sin embargo, todo agricultor sabe que esto tiene que ser así, pues un árbol que no le produce le traerá pérdidas. ¿Por qué habría de ser diferente en el Reino de Dios?

Ser salvo es verdaderamente grandioso, pero así como obtenemos innumerables beneficios, debemos entender también que hay que sujetarnos a la Voluntad de Dios, arraigar nuestra vida en Cristo y sobreedificarnos en Él con el fin de evidenciar que somos verdaderos cristianos.

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