Por Qué Dios No Actúa en Nuestras Vidas Como Quisiéramos

Por Qué Dios No Actúa en Nuestras Vidas Como Quisiéramos (Image by 12019 from Pixabay)

Alguna vez te has preguntado por qué Dios no actúa en nuestras vidas como quisiéramos? Existen varias razones que veremos a continuación.

No sé si te ha pasado como que quieres respuestas de Dios a tus oraciones y no las consigues. Oras y oras, y sientes que Dios no te escucha porque no te responde. ¿Será acaso que de verdad Dios no te escucha? ¿O será que escucha pero no responde? Bueno, la verdad es que si hay ocasiones en que Dios no nos escucha y existen razones para eso. Y hay ocasiones también en las que Dios nos escucha pero no responde de la manera que queremos, porque en su sabiduría sabe mejor que nosotros lo que nos conviene.

Pero cuando Dios no nos escucha, es que andamos en franca desobediencia a Él, o tenemos algún pecado escondido que no queremos reconocer o confesar. Así lo expresa en Isaías 59:2 de manera literal: «Porque vuestras iniquidades han hecho división entre vosotros y vuestro Dios, y vuestros pecados han hecho ocultar su rostro de vosotros, para no oír». Recordemos que la misericordia de Dios es para quienes están dispuestos a reconocer sus pecados, arrepentirse, confesarlos y dejarlos atrás.

Porque «el que encubre sus pecados no prosperará; mas el que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia», dice en Proverbios 28:13. Quiere decir que la brecha que hay entre Dios y el pecador se cierra y se restablece la relación con el Padre solo a través del arrepentimiento y la conversión, que alcanzamos también a través de Cristo. Es por eso que debemos analizar nuestro comportamiento para descubrir cómo andamos con respecto a los mandamientos de Dios, si es que andamos en desobediencia de algunos y deteriorando así nuestra relación con El.

Pero si no es ese el caso, entonces Dios sí nos escucha siempre como un padre amantísimo que se preocupa por las inquietudes y preocupaciones de sus hijos, pero no siempre responde de manera inmediata, o no responde de la manera que quisiéramos, porque Él sabe mejor que nadie qué es lo que necesitamos, cómo lo necesitamos, y cuándo lo necesitamos.

Por Qué Dios No Actúa en Nuestras Vidas Como Quisiéramos

Es por eso que a veces sentimos que Dios no actúa en nuestras vidas como quisiéramos, y puede ser cierto, porque a veces lo que queremos no es precisamente lo que nos conviene, y puede ser también porque Dios tiene algo mucho mejor para nosotros, que ni siquiera nos imaginamos. Recordemos esta maravillosa promesa que dice: «Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman», 1 Corintios 2:9.

Dios nunca deja de sorprendernos con sus maravillosos dones y bendiciones para quienes somos fieles y obedientes a sus principios. Sin embargo, existe otra importante razón para que Dios no actúe en nuestras vidas y es porque muchas veces no lo tomamos en cuenta de la manera correcta en nuestras peticiones, es decir, que queremos que actúe pero no descansamos con fe en Él para que lo haga, a su tiempo y a su manera, y queremos darle una ayudadita a nuestro modo. Veamos un ejemplo bíblico muy claro.

Cuando Dios prometió a Abraham una gran descendencia, pasados diez años de la promesa y viendo Sara que era estéril y que la promesa no se cumplía, se le ocurrió la maravillosa idea de ayudarle a Dios en su cumplimiento y le propuso a Abraham que tuviera relaciones con su sierva egipcia, porque todo hijo de sierva pasaba a ser hijo de la señora (Génesis 16:1-18). Por supuesto que Abraham aceptó y la embarazó. De ahí nació Ismael, pero ese no era el hijo de la promesa, porque Dios no actúa así, o existe algo imposible para Dios?

Pues de esa mala decisión, aun los judíos hoy tienen que lamentarse, porque todos los países árabes que detestan a los judíos son descendientes de Ismael. Y ese odio de cierta manera tiene fundamento pues Ismael fue el primogénito de Abraham y en esos tiempos el primogénito era el más importante entre los hermanos, pero fue el primogénito de una mala decisión, no respaldada por Dios. Al final, Ismael fue expulsado de la casa de Abraham, e Isaac, nacido de Abraham y Sara (la estéril), fue el verdadero primogénito, porque era el hijo de la promesa.

Ese malestar de los árabes contra los judíos viene desde entonces, porque ellos se sienten usurpados y traicionados, pues recordemos que de la descendencia de Isaac es que surge el pueblo judío, único y especial para Dios. Mientras que de Ismael surgieron muchos pueblos distintos, que inclusive se mantienen en guerra entre ellos mismos hoy. Dios puede y quiere hacer maravillas a los que confían y descansan en Él, sin querer intervenir, pero deja de actuar en la vida de aquellos que confían más en su propia sabiduría, como en el ejemplo mencionado antes.

En el caso de Abraham y Sara, Dios al fin cumplió su promesa, pero les tocó esperar quince años más, después de haber hecho lo que hicieron sin el consentimiento de Dios. Y los hizo esperar más, tal vez para que aprendieran la lección de descansar confiadamente en El. Entonces, si queremos que Dios actúe en nuestras vidas, entreguemos todas nuestras cargas, problemas, inquietudes, proyectos y planes a Él, confiando en su sabiduría, y esperando en su tiempo, que Él siempre sabe lo que hace.

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