El poder de la fe

El poder de la fe

Fe es creer firmemente en algo, es creer con fuerza, con determinación y esa fuerza a la vez genera un poder incalculable, para alcanzar lo que quieres.

La fe es creer firmemente en algo, con fuerza y determinación. La Biblia expresa en Hebreos 11:1 lo siguiente acerca de la fe: «Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve». 

La palabra «certeza» implica tener una seguridad absoluta, sin lugar a ninguna duda de lograr lo que se espera y «convicción», es tener un total convencimiento de alcanzar lo que se quiere aunque todas las circunstancias aparentemente estén en contra de lograrlo. Aunque parezca imposible.

En otras palabras, tener fe es tener la determinación de alcanzar lo que se quiere. Una fe verdadera es una fuerza de creer incalculable y esa fuerza genera el poder necesario para no desfallecer ante los obstáculos.

El poder de la fe

El poder de la fe mueve montañas y consiste en una creencia firme y determinante que, es como se menciona arriba,  una de las cosas que más agrada a Dios, porque tener fe significa creerle a Dios muy por encima de las circunstancias. La falta de fe se da cuando pensamos que el milagro que esperamos depende de nuestras fuerzas y no del poder de Dios.

El poder de Dios se activa mediante nuestra fe, de tal manera, que la fe determinante tiene también poder, el poder de creer y de esperar lo que queremos, pero además de mover la mano de Dios a nuestro favor, de acuerdo a su Voluntad. Es el poder de la fe.

¿Significa entonces que el poder de Dios depende de nuestra fe para existir? De ninguna manera. El poder de Dios es absoluto y Él en su soberanía, puede hacer lo que quiera, cuando quiera. Sin embargo, Él nos quiere hacer partícipes de los planes que tiene para nosotros, de los milagros y eventos sobrenaturales.

La fe se convierte entonces en un acto de sumisión, adoración y dependencia de Dios, al ratificar con ella que le creemos y que confiamos totalmente en Él. Hebreos 11:6 dice: «Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan».

El poder de la fe, determina  la confianza que tenemos en Dios y la seguridad  de creer firmemente en Él y Dios ante esa determinación, activa su poder concediéndonos lo que queremos, de acuerdo a su Voluntad.

En 1 Juan 5:14-15 dice lo siguiente: «Y esta es la confianza que tenemos en Él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, Él nos oye; y si sabemos que Él nos oye, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos pedido».

Una cosa es tener fe y otra muy distinta es usarla y usarla es activarla, así como si tu tienes tus piernas y nunca las usas ellas se van a atrofiar, del mismo modo la fe, debes usarla para activar todas las promesas de Dios para tí.

La fe en Dios es creerle a Dios. Activa tu fe y verás todo lo que Dios tiene para tí. Porque como dice en Marcos 9:23, «Para el que cree, todo le es posible».

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